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La arquitectura para LILHA se entiende como parte del ecosistema en el que se desarrolla y busca en todo momento ser un catalizador de la expresión del lugar.

Entiende también que el usuario busca una experiencia de inmersión en la naturaleza con el confort necesario para poder trabajar y convivir adecuadamente.

Esto se logra mediante un análisis exhaustivo del sitio que permite el entendimiento de diversos factores que constantemente actúan sobre el terreno. Este análisis se plantea en un plano multiescalar, para propiciar que las intervenciones estén en resonancia con el sitio a todos los niveles posibles. Empezando en una escala grande con un estudio de las características climáticas que históricamente han actuado en la costa nayarita, complementado por una escala menor para lograr una mejor comprensión de cómo funciona la cuenca y concluyendo en la escala menor, que explora los flujos y las características físicas del terreno.

De esta forma, las construcciones que se plantean responden a aquellas características esenciales del sitio. Un ejemplo de esto es la decisión de hacer construcciones elevadas, también llamadas palafitos, que permiten el libre flujo del agua, de la flora y la fauna en la superficie del predio. Esta elevación favorece también las vistas desde las construcciones y las sitúa en una altura en la que la brisa del mar es más notoria.

Adicionalmente, en respuesta a las características climáticas del sitio, donde encontramos fuertes variaciones de temperatura entre el día y la noche, se plantean espacios con ventilaciones cruzadas que permiten mitigar la sensación térmica de calor que la humedad acentúa. A la vez, se proponen materiales de buena inercia térmica, para contrarrestar así las bajas temperaturas que en la madrugada pueden sentirse.

Se contempla también la utilización de técnicas constructivas locales, como los techos de palma, entendiendo que la arquitectura vernácula del lugar tiene una carga de conocimiento ancestral que resuelve la mayoría de los factores climáticos de la zona.

En lo que a los materiales de construcción se refiere, se plantea la utilización de materiales bioconstructivos, en sintonía con la intención de Lilha de buscar una nueva forma de relación con el entorno. La utilización de materiales naturales como la madera, el bambú o lo tierra minimizan el impacto ambiental y favorecen su reintegración al suelo una vez que concluye su vida útil. De esta forma, las construcciones se entienden como temporales e integradas a los ciclos de vida naturales de sus elementos.

Por todo lo anterior, es posible decir que la arquitectura planteada para Lilha es un traje hecho a la medida del lugar y del usuario, y se propone fomentar que el tiempo que ahí se viva esté lleno de experiencias de conexión con la naturaleza, con la creatividad y la creación artística.

Arquitecto Alejandro Filloy