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Artista Visual (México)

 

En noviembre recibimos al mexicano Erick Meyenberg, artista multimedia e interdisciplinario.

En su trabajo, explora aspectos difusos de la realidad contemporánea problematizando conceptos tales como historia, género, raza y modernidad. Erick utiliza la investigación, para encontrar referentes de contextos específicos que le permitan indagar sobre la construcción de identidades locales. La complejidad y particularidad en los orígenes sociopolíticos de San Pancho despertaron en él una gran curiosidad e interés y desde el día de su llegada lo llevaron a buscar un vínculo con los miembros de la Banda Turquesa.

La música y las tradiciones culinarias, revelan la identidad de cada lugar, así como su realidad social revela la identidad y la refuerza. Veo a las bandas de música como un modelo de sociedad, trabajando por un bien común.”

Al interactuar con la banda se planteó la posibilidad de una colaboración donde el artista podría registrar en video los eventos y tocadas de los músicos, poniendo a su disposición el resultado, además de utilizarlo para su obra como material inédito.

El inicio de su residencia coincidió con las fiestas anuales del día de muertos. Erick documentó la procesión que recorrió las calles del pueblo de Sayulita, desde ese momento Erick fue acogido en un mundo onírico. El lente de su cámara al hombro estuvo siempre dirigido a los músicos con sus instrumentos que tocaban marchas fúnebres entre mezcladas con el galope de los caballos y a los jinetes, quienes encaraban a la muerte misma, vestidos de mariachi, pintados de Catrinos. Erick se mantuvo en vela grabando el festejo, terminando en el cementerio de la playa de Los Muertos, en una íntima reunión de un grupo de amigos que recordaban a un colega difunto a la luz de las veladoras, entre risas, llantos que se entremezclaban con los sonidos de la Tuba, la trompeta el guitarrón y el acordeón.

Otro de los momentos sucedió al ser convidado a una típica carne asada de la comunidad de charros de San Pancho, compartiendo con ellos un taco, un trago una que otra historia colorada, muchas risas y abrazos.

Así, captó a niños de la localidad en una pequeña puesta en escena improvisada en el patio de la Tallerera, disfrazados con títeres de caballos de gran formato hechos por el artista local Ariel Sainz, con quien compartió ideas, experiencias y reflexiones. La colaboración y el intercambio son un sello característico de las creaciones de Meyenberg. Inmerso en el juego, asignó símbolos y significados a los colores, a las posiciones a los nombres de las calles absorbiéndolo todo con su lente, para darle forma una vez en su estudio a la maqueta de su próxima pieza: “Un himno para el tercer mundo”.

Con estas actividades, y a través de la fusión de elementos formales, conceptuales y culturales, Erick, buscaba un retrato de la identidad de San Pancho y las inquietudes de los habitantes en medio del crecimiento y los cambios tan abruptos que se han venido dando en los últimos años.Presentó su obra y trayectoria profesional como cierre del Simposio Académico “1,2,3 por los artistas y todos sus compañeros: discusiones en torno al arte socialmente comprometido”, proyecto de LILHA, que reunió a curadores, críticos y docentes de prácticas artísticas contemporáneas así como a miembros de la comunidad artística de San Pancho, Puerto Vallarta y Guadalajara en ambiente plácido de tertulia que persistió en conversaciones en torno a las prácticas sociales en el arte y los circuitos de producción y arte contemporáneo en residencia.