Abril/Mayo 2018
“La educación está en todos lados.”
LILHA formó parte del primer Encuentro Nacional de Educación Para la Vida y la Paz que se llevó a cabo en Huasca Hidalgo, organizado por un grupo de personas con gran experiencia en diferentes ámbitos pedagógicos. En este encuentro se buscó co-crear una comunidad de aprendizaje en la educación integral con el propósito de desarrollar propuestas colectivas para promover la formación humana de una manera consiente y sustentable; vinculando proyectos, plataformas educativas, intercambiando saberes, herramientas y prácticas para el buen vivir, entre otras.
El objetivo principal del encuentro giró en torno a la transformación de la educación, teniendo en cuenta los desafíos actuales de la sociedad, acercando la educación a la vida rompiendo con los condicionamientos obsoletos como: premio-castigo, “lo bueno y lo malo”; encontrando nuevas formas de interrelaciones idóneas para configurar un equilibrio por parte de todos los actores implicados: Padres, alumnos, docentes.
Como parte del programa se llevó a cabo una charla con el investigador del Centro de Eco-Alfabetización y Diálogo de Saberes (Eco-Diálogo) de la Universidad Veracruzana (UV) Enrique Vargas Madrazo, quien habló del estrangulamiento del ser humano gracias al modus vivendi capitalista; mismo que hizo colapsar la matriz de vida. Comentó que para reconstruir el proceso educativo vivo, la educación debe transitar por la espiral de las cuatro dimensiones: aire-mental, fuego-espiritual, agua-emocional y tierra que representa lo físico. Para construir las cualidades del ser, es necesario de-construir al ser individualizado, aprender a ser una persona en su totalidad; es decir: sanar al ser para conocerlo.
El arte y la ecología fueron temas muy latentes durante las dinámicas que se realizaron en equipo a lo largo del encuentro, así como las disciplinas espirituales, la terapia corporal y psicológica, las metodologías lúdicas-participativas y la recuperación de las raíces ancestrales; herramientas muy importantes que se incluyeron en el plan gestado para la nueva educación.
El encuentro de saberes duró tres días en los que se lograron espacios abiertos para el diálogo, una convivencia muy amena y fructífera, acompañados de buena comida, un paisaje espectacular y un clima muy agradable.